Vaya al Contenido

email: info@ladefensa.com.arsuscriptores@ladefensa.com.ar

¿Quién fue Manuel Bernardo Gonnet?
Por Enrique Basla.

El doctor Gonnet fue el primer Ministro de Obras Públicas de la Provincia de Buenos Aires en el año 1884, acompañando al Gobernador D' Amico, el sucesor de Dardo Rocha. Es así que por la función y por la época, muchos de los hechos fundacionales de nuestra comunidad, lo tuvieron como protagonista principal.
El doctor Manuel B. Gonnet nació el 20 de agosto de 1855, graduándose de abogado en 1878. Desde el inicio de su ejercicio profesional se advierte que es un hombre convocado para la grandeza: nada menos que el doctor Aristóbulo del Valle lo inicia en la práctica forense haciendo de él su discípulo predilecto. La formación del doctor Gonnet y esa influencia juvenil, seguramente determinaron el derrotero de su vida que como su misma esposa María Quesada escribiera a poco de su fallecimiento, estuvo dedicada al progreso de las instituciones jurídicas del país, a la defensa continua de los altos principios de ética profesional, haciéndolo con austeridad y sentido ejemplar.
En 1882 es elegido Convencional para la reforma constitucional de la Provincia de Buenos Aires, integrando la Comisión que proyectó sus modificaciones.
En 1883 es designado Juez de Primera Instancia en el Departamento del Centro y en 1884, abogado del Banco de la Provincia de Buenos Aires.
Por dos períodos consecutivos fue Ministro de Obras Públicas de la Provincia acompañando a los Gobernadores Carlos D' Amico y Máximo Paz.
En 1889 el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires lo designa para proyectar las reformas al Código Rural, el que es discutido y aprobado al año siguiente.
El tema de la Legislación Rural fue una de las preocupaciones permanentes del doctor Gonnet: en 1902 presenta un memorable trabajo a la Suprema Corte de Justicia Federal en el que defiende la constitucionalidad del Impuesto de Guías de Campaña establecido en la Provincia de Buenos Aires, en el que detrás del abogado talentoso aparece el hombre de estado.
Precisamente fue Gonnet quien inspirara la "Ley de Centros Agrícolas" dictada por el Gobernador Máximo Paz en 1887, de la cual su mismo autor expresa que fue el primer ensayo importante para obtener la subdivisión de los latifundios y entregar al trabajador el derecho a la propiedad de la tierra que labraba, mejorando la condición de Estado productor, aumentando la población y la riqueza de la provincia. Concebía a la división y distribución de la tierra como un medio de terminar con las grandes áreas, poniendo al alcance de los proletarios industriosos, el pedazo de campo que ha de servirles para labrar su fortuna. Prefirió la venta de la tierra a los agricultores a la colonia de arrendatarios puesto que entendía que la precariedad de éstas constituía un peligro para nuestra tierra y un entorpecimiento más para nuestro desarrollo.
Quería que la familia se vinculara a la tierra, que el inmigrante fuera un colono propietario y no se sintiera extranjero en esta tierra buscando su raigambre por su afección y por su interés. Concibió a la ganadería y la agricultura como actividades complementarias y promovió el desarrollo forestal.
La línea de Nueve de Julio a Trenque Lauquen debe reconocer en la acción concreta de Gonnet su comienzo como emporios de producción y riqueza.
1.200.000 hectáreas agrícolas fueron subdivididas y pasaron al dominio de los trabajadores de la Provincia de Buenos Aires como efecto de la Ley de Centros Agrícolas, multiplicando la producción en progresión geométrica.
Esta concepción de la dignidad del trabajo humano presidió la vigorosa acción de Gonnet, produciendo un cambio social de tal profundidad y magnitud que aún hoy tiene contemporaneidad.
En su obra "Nuevo Régimen Jurídico para el dominio de la tierra agraria", expresó: "el fundamento del derecho de propiedad a la tierra: agraria es el trabajo. La tierra agraria debe pertenecer -como dominio directo y útil al agricultor que la trabaja".
Fue diputado por la Provincia de Buenos Aires en el Congreso Nacional en tres períodos (1890-94; 1906-10; 1910-14) y como orador oficial de la Cámara de Diputados de la Nación dio en 1910 y con motivo de la celebración del Centenario, los saludos y bienvenida a los Presidentes extranjeros y a la Infanta Isabel, que nos visitaran.
La acción legislativa de Gonnet fue dilatada y proficua. Conjuntamente con los señores Diputados Vicente Gallo y Alfredo Palacios fue designado en 1913 por la Cámara de Diputados de la Nación para redactar las reformas al Código de Justicia Militar.
Fue uno de los precursores del desarrollo de la red vial argentina: en 1911 presentó un proyecto de ley de caminos pavimentados en toda la República que contemplaba la construcción de 3.000 km. de rutas en las provincias argentinas y creaba los recursos necesarios para la obra.
Lamentablemente, tales recursos fueron destinados a cubrir otras necesidades presupuestarias y pasaron desde entonces muchos años hasta la sanción de la Ley de Vialidad Nacional.
Su actividad en el ámbito académico no fue menos relevante y significativa. En 1914 integra el Consejo Superior de la Universidad de Buenos Aires en representación de la facultad de Ciencias Económicas, es elegido Vice Rector, debiendo hacerse cargo de la conducción de esa casa de estudios durante dos años por ausencia de su titular el doctor Eufemio Uballes.
Nuevamente consejero superior en 1917 se lo reelige como Vice Rector de la Universidad de Buenos Aires, siendo elegido Vice Decano de la Facultad de Ciencias Económicas en 1922.
Numerosas entidades científicas y de bien público tuvieron al doctor Gonnet como un protagonista dedicado a servir. Formó parte de la Comisión directiva del Instituto Argentino de Ciegos (1914); fue vocal de la Rama argentina de la International Law Association (1921-22).
Fue miembro de la Sociedad Oceanográfica Argentina (1920) y miembro de la Comisión Directiva del Patronato de Libertados (1925), presidiendo la Academia de la Facultad de Ciencias Económicas desde 1923 hasta su fallecimiento ocurrido el 16 de febrero de 1927.
Fue directivo de compañías de seguros, corporaciones mineras y de sociedades de mercados de hacienda.
Su respeto por la ciencia, nacido en una sólida formación filosófica, se pusieron en evidencia en dos obras fundamentales de nuestra ciudad: el Observatorio Astronómico y el Museo en cuya construcción el doctor Gonnet tuviera tanto que ver desde su función ministerial.
Como legislador promovió la Ley de Censo General, la Ley que declaraba propiedad del Estado de los yacimientos arqueológicos y paleontológicos de interés científico.
Como es dable apreciar Manuel Bernardo Gonnet tenía un claro sentido de la unidad nacional. En su discurso de homenaje a Urquiza sostuvo que éste que "que había encarnado el sentimiento de la unidad nacional, fue el exponente, sin disputa, de las más legítimas aspiraciones de los hombres del interior y fue alrededor de esa política que se incubó la constitución del 53, a cuyo amparo la Confederación gobernó la República.
El general Urquiza no estuvo solo en el propósito. Los hombres de Buenos Aires también querían la unidad y la organización común, aun cuando con criterio distinto; la naturaleza impone dolorosos procesos al nacimiento de los organismos vigorosos, y el organismo nacional no debía librarse de tal tributo". ' ... Las barreras que, durante tantos años, obstruyeron el camino de la reconciliación y de la paz se levantaron, y la Nación organizada pudo avanzar en medio de las ovaciones de un gran pueblo que saludaba la unidad y la Constitución."
El doctor Manuel B. Gonnet dedicó los mayores esfuerzos de los últimos años de su vida a las organizaciones de los abogados. Electo presidente del Colegio de Abogados de Buenos Aires del que fuera uno de sus fundadores, se abocó rápidamente a organizar la Federación Argentina, y por su iniciativa el 12 de julio de 1921 se reúne en el Palacio de Tribunales de la ciudad de Buenos Aires la primera sesión de los delegados de seis Colegios de Abogados, los que convinieron la fundación del primer organismo nacional de los abogados.
Aprobado el estatuto por los seis Colegios fundadores (Capital Federal, Rosario, Mendoza, Dolores, San Juan y Mercedes), el 27 de octubre de 1921 se realiza la primera reunión de la Junta de Gobierno eligiéndose al doctor Gonnet como primer Presidente de la Federación.
El objeto de la organización profesional, trasuntaba en buena medida su pensamiento respecto de la abogacía. Y es así que la Federación se propuso las siguientes finalidades: 1) vincular entre sí los colegios de abogados de la República; 2) enaltecer el concepto público de la abogacía; 3) propender al mejoramiento de la profesión fijando normas de ética profesional; 4) propender al mejoramiento de la administración de justicia y a la uniformidad de la legislación; 5) propender a la formación "de colegios de abogados en el país; 6) propender a que los colegios puedan tener influencia y control en el ejercicio de la abogacía y en la composición y desempeño de la magistratura judicial; 7) coadyuvar a que los colegios obtengan los fines perseguidos en sus estatutos; 8) celebrar conferencias anuales y estimular debates sobre reformas sociales y jurídicas; 9) representar a los colegios de abogados en las cuestiones que fueren de interés común y 10) proporcionar a los abogados que pertenezcan a otros colegios las facilidades que requieran su permanencia en la ciudad que visitan.
Con posterioridad y sucesivamente reformas al estatuto hicieron extensivo el objeto a la organización legal de los colegios de abogados, a la cooperación para la constitución e integración de organismos internacionales y a la afirmación de los principios de régimen constitucional argentino.
En esa etapa fundacional el doctor Gonnet además de primer presidente de la Federación, fue su mentor y alma, director y obrero, como expresara ante su tumba el doctor Mariano Molla Villanueva. En esa época el fundador delineó un programa que todavía hoy tiene vigencia constituyendo la piedra angular de la acción de nuestras entidades forenses: la organización legal de los colegios, la previsión para los abogados la ética profesional, la organización de conferencias nacionales y la creación de organismos internacionales.
En 1924 el doctor Gonnet preside la Primera Conferencia Nacional de Abogados a cuya inauguración asiste el Presidente Alvear y su gabinete, contando como delegados de todo el país a prominentes abogados.
De ella surgen una serie de declaraciones sobre "Asistencia de los letrados a las audiencias", "Funciones públicas de los abogados en la secuela del juicio", "Representación en los juicios por letrados", "Bibliotecas de especialización jurídica", "Poder judicial de las provincias ante las intervenciones nacionales", "Organización legal de los Colegios de Abogados", "Normas para la apreciación de honorarios", "Ética y cultura forense", analizándose en profundidad la cuestión de la unificación procesal.
Quebrantada su salud, Gonnet todavía tuvo la fortuna de ver realizado otro de los frutos de su inspiración y trabajo: la Segunda Conferencia Nacional de Abogados de Córdoba de 1926, de grandes realizaciones, y en la que encuentra su origen el Instituto de Estudios Legislativos.
En una página que el doctor Gonnet dejara escrita en el Colegio de Abogados de Buenos Aires se sintetiza en pocas líneas su idea de la abogacía: "en mi larga vida pública y privada -dice- he antepuesto siempre, al título de la función pública que desempeñaba el de abogado argentino, cuya profesión me honro en ejercitar ... nada puede dignificar tanto al hombre, en efecto, como prestar socorro y asistencia al que no tiene la dicha de conocer hasta donde alcanza su derecho, en la defensa de su honor y de sus intereses. Ese hombre, llámese abogado o no lo sea, tiene un título adquirido a la consideración y al respeto en el elevado ejercicio de sus funciones..."
Gonnet fue un adalid en la tarea milenaria de luchar permanentemente por la libertad y la justicia, por buscar la paz a través de la observancia del derecho. Termino con sus propias esperanzadas palabras que pretendían la mayor ventura de los hombres y de las familias, para que fuese mayor el espíritu de conciliación y de bonanza.
Regreso al contenido