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Ante un nuevo aniversario de la Noche de las corbatas
Por Carlos A. López De Belva

La historia de la abogacía argentina, como la sociedad toda, tuvo sus episodios de violencia y algunos momentos de tragedia.
La defensa de los intereses que nos son confiados en oportunidades nos hacen enfrentarnos a los poderes del Estado y, como es fácil suponer, en condiciones desventajosas.
La editorial del número 4 de La Defensa nos recuerda:
“El defensor sabe que su tarea es solitaria. Busca apoyos, trata de refugiarse en la doctrina, la jurisprudencia, la opinión pública, los gremios, los partidos políticos, los medios de difusión masiva, en su búsqueda de la justicia que se le puede negar a su defendido. Cuando se desespera, hasta implora.
Pero todos esos refugios, pueden que estén en contra de los valores en los que sustenta su defensa y hasta es posible que con total indiferencia o lo que es más grave, disimulada intención, los estén traicionando.
La suprema manifestación de la defensa, se mide al fin en soportar la soledad y hasta la derrota, para cumplir con el cometido lealmente.
Si el apostolado de los defensores es duro, uno de los obstáculos más difíciles de superar es tener que enfrentar al imaginario colectivo. Saberse frente a las presunciones consentidas. Actuando contra la opinión establecida y respetada afirmada en el discurso de los poderosos y las mayorías.
Su defendido y él quedan desnudos, ante los prejuicios. Inermes en épocas en que la represión totalitaria (una tentación siempre presente) arrecia.
Néstor Martins, era un modesto abogado laboralista, que luego de la consulta por un juicio de esta clase salió de su estudio caminando con su cliente, el metalúrgico Nildo Zenteno, y en la Plaza del Congreso fue secuestrado por un grupo de tareas, el 16 de diciembre de 1970. Ambos, hermanados, cliente y abogado, desaparecieron. Se puso en marcha la política de seguridad Nacional en materia de desaparecidos”
Este trágico episodio impulsó la creación el 24 de abril de 1971, de la Comisión de defensa de la defensa.
No tuvo nada de casual que Martins haya pagado de la manera más onerosa la defensa de un trabajador.
Defensores de esa especialidad fueron las víctimas de ese horrible episodio recordado como La Noche de las Corbatas.
En Mar del Plata, en ese fatídico Julio de 1977, fueron secuestradas once personas, entre ellas los abogados: Norberto Centeno, Salvador Manuel Arestín, Raúl Hugo Alais, Camilo Ricci, Carlos A. Bozzi y Tomás J. Fresneda. Las otras personas secuestradas fueron María de las Mercedes Argañaraz de Fresneda -embarazada-, María Esther Vázquez de García, Néstor Enrique García Mantica, José Verde, y su esposa. Fueron detenidos de manera clandestina en la base naval Mar del Plata. De todos ellos, sólo sobrevivieron José Verde y su esposa, Camilo Ricci y Carlos A. Bozzi. El secuestro de seis abogados en dos días y el alojamiento de los mismos en las instalaciones del viejo radar situado en la Base Aérea cercana a la ciudad de Mar del Plata provocó que se denominara estos sucesos como la Noche de las Corbatas, perversa denominación que le dieron los propios perpetradores.
De las 11 personas secuestradas entre los días 6 y 8 de julio de 1977,  dos colegas fueron asesinados Norberto Centeno y Jorge Candeloro y tres permanecen en condición de detenidos desaparecidos: Salvador Arestín, Tomás Fresneda y Raúl Alais. Carlos A. Bozzi y Camilo Ricci, como dijimos,  sobrevivieron y dieron testimonio de los horrores padecidos por nuestros colegas y las otras víctimas.
El asesinato de Centeno inspiró la declaración del 7 de julio como Día del abogado laboralista. Los sucesos de Mar del Plata de julio de 1977, fueron el disparador para que nuestra Federación declarara el 6 de Julio Día Nacional del Abogado Víctima del Terrorismo de Estado, hoy Día Nacional de los Abogados y  Abogadas Víctimas del Terrorismo de Estado.
Con el impulso del Dr. Juan Carlos Paris, fallecido hace poco más de un año, la Junta de Gobierno de FACA, en Mendoza, el 19 de marzo de 2004, adoptó esa fundamental decisión. Presidía la Federación Carlos Andreucci y era secretario Ricardo de Felipe.
Los párrafos más relevantes expresan:
“La identidad de los pueblos se construye a partir de un proceso complejo donde el día a día establece la pertenencia y la identidad. En ese curso, la memoria colectiva permite conocernos e identificarnos como sociedad y Nación. Esa labor de identificación tiene en la condición humana contrastantes formas de reflexionar y accionar aportando tendencias pragmáticas y pensamientos utópicos, simbólicos.
Los abogados secularmente han sido diseñadores y constructores de esos valores sociales al protagonizar la defensa del ser humano protegiendo la vida, la libertad, la dignidad, el honor, el patrimonio y mantener la lucha contra el abuso del poder, sea éste público o privado. Esa  tarea esencial del abogado se proyectó a la defensa de los sistemas institucionales democráticos y de soberanía popular para que a través del tiempo y de la memoria las instituciones crezcan y eviten que se puedan repetir  actos reñidos con la propia condición humana, la razón y la civilización.
Así, proponemos que actuando fielmente acorde la condición de pueblo civilizado honremos por medio de la conmemoración y el reconocimiento la caída de abogadas y abogados en forma impune, cruel, inexplicable y absurda por haber luchado en la defensa inclaudicable de esos valores y haber sido víctimas del terrorismo de Estado.
En este marco, consideramos como hito referencial de aquella sistemática desgracia personal e institucional, la denominada ‘Noche de las corbatas’ que aconteciera en la ciudad de Mar del Plata durante los días 6, 7 y 8 de julio de 1977, y que irrumpe en el escenario nacional de forma paradigmática como emblema de nuestra profesión.-
A casi 27 años de aquellos aciagos días en que la espada penetró causando muerte y terror en la carne y conciencia de las personas y su pueblo, no debemos olvidar que miles de hermanos han padecido un destino no merecido también con persecución, desaparición y fallecimiento emergiendo los abogados caídos como faros de luz de aquella noche oscura.
Ante lo perdido, lo padecido y lo irreparable, se propone que la memoria colectiva de la Abogacía argentina honre a tales abogados y la función social de los hombres y mujeres del derecho, instituyéndose el Día Nacional del Abogado víctima del terrorismo de Estado el 6 de julio de cada año, atento que en dicha fecha comenzó la sistemática acción en la ciudad de Mar del Plata.-
Asimismo, estimamos adecuado incluir en la honra los casos de abogados perseguidos, los casos de aquellos que han desaparecido y los que también han fallecido. Todos en similares circunstancias de absurdo irracionalidad y accionar criminal.
Bajo tales consideraciones, la JUNTA DE GOBIERNO DE LA FEDERACIÓN ARGENTINA DE COLEGIOS DE ABOGADOS, RESUELVE:
Instaurar el ‘Día Nacional del Abogado víctima del terrorismo de Estado’ a conmemorarse el día 6 de julio de cada año, en cada Colegio de Abogados, en testimonio de las generaciones pasadas y de nuestra posteridad”
Por eso decía más arriba que los sucesos de Mar del Plata de 1977 fueron el disparador, ya que con amplitud y generosidad nuestra Federación evoca año con año a los y las colegas detenidos desaparecidos y detenidas desaparecidas; pero, también, a quienes sufrieron prisión, torturas, exilio exterior e interior y toda forma de persecución.
En vísperas de un nuevo 6 de julio debemos recordar a los y las colegas; pero, no dejándolos en el marco de un hecho de la historia pasada, sino trayéndolos al presente. Preguntémonos qué harían ellos y ellas hoy. Qué pensarían de la situación en que está inmerso el pueblo y la sociedad toda. Qué pensarían de un Poder Judicial que muestra los más bajos índices de aprobación. Que pedirían de nuestras instituciones.
Aquellos abogados y aquellas abogadas luchaban por los valores del Estado de derecho y la justicia pero, también y fundamentalmente, por un mundo mejor, por una sociedad más justa, más solidaria, más inclusiva.
Son y seguirán siendo quienes; interpelándonos día con día, inspiren nuestro trabajo en las comisiones de Derechos Humanos y de Defensa de la Defensa de la Federación Argentina de Colegios de Abogados, esa es nuestra forma de ser fieles a su legado. Estan vivos en nosotros, los evocamos con fervor y compromiso militantes.
En este marco tiene sentido conmemorar cada año, esa justa decisión de aquella Junta de Gobierno.
En el primer acto virtual que nos impuso la pandemia, dijo nuestro Presidente José Luis Lassalle:
“Con una lógica perversa se suprimía la vigencia de la Constitución para asegurar la vigencia de la ley, con la eliminación del Congreso de la Nación se defendería la legalidad perdida y con el sojuzgamiento de la Justicia se aseguraría el respeto de los derechos de la ciudadanía; con la violencia, la paz; con la persecución, tortura y desaparición o muerte de las personas, la vida; con el imperio del miedo, la paz social.
En ese marco de represión era esperable que cientos de abogados en todo el país en ejercicio legal de su profesión alzaran su voz en defensa de la libertad y los derechos humanos
Fue en Mar del plata entre los días 6 y 8 de julio de 1977 cuando ocurrió aquella arremetida feroz contra seis abogados laboralistas y sus familiares, que un total de once personas sufrieron el secuestro, la tortura y seis de ellos la muerte en el centro clandestino 'La Cueva' de la base aeronáutica de esa ciudad. Los mismos ejecutores la denominaron 'La noche de las corbatas' en clara alusión a la profesión de abogados que tenían todos ellos.
Como recordatorio de aquel atropello a los derechos humanos la Federación Argentina de Colegios de Abogados por resolución del 3 de marzo de 2004 a instancias del Dr. Juan Carlos París, hoy aquí presente, estatuyó el día 6 de julio como el 'Día Nacional del Abogado Víctima del Terrorismo de Estado'. Hoy venimos entonces a conmemorar como todos los años ese triste acontecimiento y renovar el homenaje de la abogacía organizada a esos colegas vilmente asesinados, como así a cientos de abogados que a lo largo y ancho de nuestro país, haciendo honor al juramento prestado actuaron en defensa de la legalidad y el imperio de la justicia.
Desde la FACA también rendimos honores a todos los dirigentes de la colegiación que venciendo el miedo natural a padecer iguales sufrimientos estuvieron a la altura de las circunstancias en actitud solidaria para con aquellos colegas víctimas del terrorismo de Estado.
Tengo para mí de todos modos, que este homenaje que hoy rendimos, no sería verdaderamente genuino si no llevara consigo además, el compromiso individual y colectivo de todos nosotros de cumplir con el imperativo ético de defender los derechos humanos, la plena vigencia de las instituciones de la República y el Estado de derecho, único modo de lograr la justicia social y la convivencia en paz de todos los argentinos.
En esta hora nos toca la responsabilidad de mantener una memoria activa sobre ese período tan aciago de nuestra historia, y el deber de transmitir a las generaciones futuras que es necesario superar viejas antinomias, dejar de lado enfrentamientos estériles, y sumarnos al esfuerzo colectivo de alumbrar un país mejor.
Sólo conservando viva la memoria nos mantendrá alejados de repetir esos capítulos nefastos de nuestra historia, y el diario juramento del 'Nunca Más' nos hará dignos de vivir en una democracia donde todos los hombres y mujeres habitantes de este suelo puedan crecer y desarrollarse en paz y libertad”.
El 6 de julio del corriente 2.022 volveremos a la presencialidad. Será sede oficial del acto de FACA el Colegio de Abogados del Departamento Judicial de Moreno General Rodríguez.
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